#17. SUMMIT 2025: Perspectivas sobre el futuro del Trabajo y la Humanidad
Aquí hay una verdad que a menudo pasamos por alto: el futuro depende de nuestra capacidad de transformar: nuestros sistemas, nuestras organizaciones y, sobre todo, a nosotr@s mism@s. En el Corporate Rebels Summit, rodeados de innovadores y líderes pioneros, una cosa quedó clara: el mundo que viene no estará definido por jerarquías rígidas ni por "tomadores" de decisiones aislad@s, sino por personas dispuestas a replantear cómo colaboramos, lideramos y tomamos responsabilidad. En cada conversación aparecía un mismo principio: la voluntad de avanzar hacia la autogestión como respuesta a la complejidad de nuestro tiempo.
Frederic Laloux marcó el tono del Summit: "Estamos en busca de una alternativa colectiva.”
Que lo llamemos TEAL u otra cosa no importa. Lo que importa es la transformación que hay bajo la etiqueta: el cambio hacia la dignidad, la confianza y sistemas diseñados alrededor del potencial humano, en lugar del miedo o el control. Laloux nos recordó que el cambio requiere honestidad: nombrar las suposiciones de nuestros sistemas actuales y las suposiciones bajo las que queremos vivir en el futuro.
La transformación comienza cuando diferenciamos entre frustraciones personales y aspiraciones colectivas. Para las grandes corporaciones, lanzó preguntas difíciles: ¿Por qué es importante para vosotros? ¿Hasta dónde estáis dispuestos a llegar? La autogestión no puede ser un compromiso a medias. Y cuando surgen crisis, las organizaciones suelen volver a las viejas jerarquías. ¿Cómo evitarlo?
Lisa Gill nos recordó que “el camino hacia la autogestión suele estar nublado por malentendidos”. Muchos creen que significa falta de estructura, pero en realidad se basa en marcos intencionales, solo que no jerárquicos. Otros asumen que todos abrazarán el cambio de inmediato, olvidando que la libertad y la responsabilidad pueden resultar desafiantes. Y que menos jefes no significa menos dolor; la transformación nos pide crecer, colaborar de otra manera y sostener la tensión con madurez. Entender estos mitos permite a los líderes abordar el cambio con honestidad y resiliencia.
Jos De Blok dio vida a estas ideas con su experiencia y concreta. “Si no te relajas y lo disfrutas, no funciona”, dijo, subrayando que la libertad solo funciona cuando la gente se siente segura y confiada. “Simplifica. Lo hará más rentable”, añadió, enfatizando que eliminar la complejidad acelera la acción.
Vimos estos principios en acción con Jayne Price (UKRI) y Katharina Peters (Bayer). Liderando enormes transformaciones organizativas, ambas se apoyan en la empatía, la curiosidad y la honestidad radical.
Sus experiencias resaltan verdades universales en los procesos de autogestión:
El cambio requiere una visión sistémica y conciencia tanto del potencial como de las limitaciones.
Quienes se resisten al principio suelen convertirse en los mayores defensores una vez entienden el propósito de la transformación.
El mandato claro por parte de de fundadores o CEOs son esenciales; una transformación sin patrocinio se estanca.
Aunque la transformación cansa, las recompensas son evidentes: los equipos trabajan más rápido, los productos fluyen con mayor facilidad y las personas empiezan a prosperar de formas que las estructuras tradicionales rara vez permiten.
Si las grandes organizaciones demostraron que la autogestión es posible a gran escala, SINA en Uganda mostró cómo puede verse como una forma de vida. Una escuela sin profesores ni administradores, donde los estudiantes asumen la plena responsabilidad de su aprendizaje y se gradúan solo después de crear empresas sociales sostenibles económicamente. Allí, la autogestión es una realidad diaria, no una teoría. La confianza se convierte en motivación, la responsabilidad en crecimiento y el propósito en un vehículo de transformación personal y social.
¿Y cómo llevamos la teoría a la práctica?
Diederick Janse destacó un cambio más profundo: pasar de vernos como individuos a vernos como ciudadanos. Los individuos operan en aislamiento; los ciudadanos actúan con consciencia, toman responsabilidad por su entorno e influyen en los sistemas en lugar de esperar permiso. Esta es la esencia de la autogestión: asumir agencia y propiedad en lugar de esperar instrucciones.
Y para convertirnos en ciudadanos, necesitamos comprometernos con el crecimiento individual. Xavier Costa compartió a través de su propia experiencia cuál es la verdadera transformación: mirar hacia dentro. No es solo hacer cambios estructurales, sino también personales: poder ver nuestras sombras, reflexionar sobre condicionamientos y asumir responsabilidad por las partes de nosotros mismos que estamos evitando constantemente. Este trabajo interior permite a las personas convertirse en personas conscientes, capaces de transformar organizaciones, evolucionar sistemas e influir en sociedades.
Al final del Summit, una verdad resonó: todos somos humanos intentando seguir siéndolo dentro de sistemas que a menudo nos hacen olvidar cómo se siente eso. La voluntad de transformar a través de la autogestión no es un método ni un marco. Es un compromiso con la confianza, la simplicidad, la creatividad y la vulnerabilidad interior.
El futuro no será creado por individuos. Será creado en comunidad, profundizando, eligiendo responsabilidad y atreviéndonos a construir en colectivo.
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